Es muy conocido este texto bíblico 1 Corintios 6, 9-1
"¿No saben acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis!: Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores (maledicentes), ni los rapaces heredarán el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. "Todo me es lícito"; mas no todo me conviene. "Todo me es lícito", mas ¡no me dejaré dominar por nada!"
San Pablo da un elenco de comportamientos calificados como "injustos", que en sentido hebraico antiguo equivale a decir, acciones no santas".
Definamos ahora algunos conceptos necesarios para entender este pasaje del texto bíblico: pórnoi, moikoi, malakoi, arsenokoites.
Ampliando conceptos tenemos:
Pornoi.- Se refiere a los usos irresponsables, injustos o desordenados de la sexualidad, llamado en latín "fornicare"
Moikoi.- Se refiere únicamente al acto sexual que comente una persona casada con alguien que no es su cónyuge: tanto el casado como su cómplice son adúlteros. Es el verbo infinitivo ghriego moikeia en latín "adulterare",
Malakoi.- Es traducida por "afeminados", sin embargo literalmente no se refiere a un varón que asume conductas o actitudes típicamente asociadas con lo femenino, sino que el malakos es un hombre "delicado", "blando", "suave", "cobarde", "apocado", sin consistencia ni carácter.
Arsenokoites. Esta palabra se compone de "Arsen, arsenos" (varón1 ) y "koíte" (cama; de ahí deriva el término "coito"). Es interesante que se haya elegido este término y no otros que ya existían en el idioma griego para referirse al homoerotismo (como palakos y kinaidos, entre otros). De hecho la palabra arsenokoites es un término nuevo o neologismo para su época. La palabra arsenokoites no debería traducirse como homosexual, pues "parece indicar relaciones sexuales abusivas en el contexto de explotación y opresión, probablemente relacionadas con la compra/robo de muchachos para emplearlos en tales menesteres, tanto en medios profanos como sacros [como en los cultos paganos en Corinto]" (Op. Cit. p. 1201); se trata pues, de una conducta de violencia y opresión al prójimo.
Se conoce que en las costumbres griegas se encontraba la práctica de sexo anal por parte de hombres maduros como una iniciación sexual a los más jóvenes, o recurriendo al uso de esclavos (duoulokoites).
Leamos el siguiente texto bíblico:
Romanos 1, 26-27
"Sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres (arsenes), abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre (arsenes, arsesin), recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío".
Aquí se habla de un contexto cultural donde ocurren placeres extremos, y no necesariamente desarrollados bajo violencia o esclavitud, sino más bien de libertinaje. Se practicaba el sexo anal con mujeres, para evitar la procreación, y también entre varones.
San Pablo "parece que da por sentado que aquellos a quienes condena son heterosexuales y actúan contra la naturaleza, "dejando", "abandonando" o "cambiando" su orientación sexual natural por relaciones lujuriosas; no se trata de relaciones de amor" entre personas del mismo sexo"
Estas relaciones homosexuales son consideradas en el mismo rango que cualquier otro uso desordenado de la sexualidad genital, tales como la masturbación, la bestialidad, el onanismo, el fetichismo y otras conductas que alteran el uso y el significado de la sexualidad genital según el lenguaje del cuerpo en su significado complementario y conyugal.
Podemos concluir que:
Bíblicamente el acto carnal homosexual no se considera "desordenado" por el hecho de ser homosexual, sino porque es un uso alterno de la sexualidad genital respecto al plan divino, entendiendo el "uso ordenado" el contexto conyugal abierto a la vida.

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