(1 Corintios 6, 9-12).
"¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis!: Ni los impuros (pórnoi), ni los idólatras (eidololátrai) ni los adúlteros (moikoi), ni los afeminados (malakoi), ni los homosexuales (arsenokoites), ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores (loídoroi, maledicentes), ni los rapaces heredarán el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. "Todo me es lícito"; mas no todo me conviene. "Todo me es lícito", mas ¡no me dejaré dominar por nada!"
San Pablo da un elenco de comportamientos calificados como "injustos", que en sentido hebraico antiguo equivale a, es decir, acciones "no santas". Se enumeran acciones referentes a vicios y delitos, incluyendo 4 términos griegos que analizaremos utilizando el Lexicon Inglés Griego (LSJ), el Diccionario Middle Liddell y Autenrieth: pórnoi, moikoi, malakoi, arsenokoites.
1. Pornoi. La traducción NeoVulgata (más exacta respecto al griego) traduce esta la palabra pórnoi para referirse a los usos irresponsables, injustos o desordenados de la sexualidad en general, llamado en latín "fornicare" y que deriva en el castellano "fornicación". Así que, más exacto que traducir "los impuros", puede leerse más literalmente: "los fornicarios no heredarán el Reino de Dios".
2. Moikoi. En la NeoVulgata se traduce esta palabra y su verbo infinitivo ghriego moikeia por el latín "adulterare", que con la precisión del lenguaje romano se refiere únicamente al acto sexual que comente una persona casada con alguien que no es su cónyuge: tanto el casado como su cómplice son adúlteros. En castellano existe la palabra adulterio y adúltero, por lo que aquí la traducción si es bastante literal respecto al original griego.
3. Malakoi. Es traducida por "afeminados", sin embargo literalmente no se refiere a un varón que asume conductas o actitudes típicamente asociadas con lo femenino, sino que el malakos es un hombre "delicado", "blando", "suave", "cobarde", "apocado", sin consistencia ni carácter. Puede referirse en sentido militar a los desertores en el campo de batalla, y en el caso de los primeros cristianos, a quienes desertaban de confesar públicamente su fe, si era requerido. Recordemos que el autor menciona la idolatría en segundo lugar, por lo que la lista no tiene una sección "dedicada exclusivamente" a lo sexual; por tanto, no es pertinente entender malakoi en referencia a lo sexual.
4. Arsenokoites. Esta palabra se compone de "Arsen, arsenos" (varón ) y "koíte" (cama; de ahí deriva el término "coito"). De hecho, la palabra arsenokoites es un término nuevo o neologismo para su época. Arsenokoites se encuentra sólamente dos veces en el Nuevo Testamento: en el pasaje citado y en 1 Timoteo 1, 8-11:
"la Ley [judía o Ley de Moisés] es buena, con tal que se la tome como ley, teniendo bien presente que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los prevaricadores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreligiosos y profanadores, para los parricidas y matricidas, para los asesinos, adúlteros (pórnois), homosexuales (arsenokoîtais), traficantes de seres humanos, mentirosos, perjuros y para todo lo que se opone a la sana doctrina (hygiainoúse), según el Evangelio de la gloria de Dios bienaventurado, que se me ha confiado".
Según Alfonso Ropero, la palabra arsenokoites no debería traducirse como homosexual, pues "parece indicar relaciones sexuales abusivas en el contexto de explotación y opresión, probablemente relacionadas con la compra/robo de muchachos para emplearlos en tales menesteres, tanto en medios profanos como sacros [como en los cultos paganos en Corinto]" (Op. Cit. p. 1201); se trata pues, de una conducta de violencia y opresión al prójimo.
Consultamos la base de datos de la Biblioteca Digital Perseus de la Universidad de Tufts (Medford, Massachusetts) que incluye abundantes obras del mundo griego antiguo, y constatamos que el término Arsenokoites es bastante inusual. El "silencio legal" no significa, en este caso, una aprobación, sino la constatación de que la sodomía era un hecho más escaso de lo que se pensaba.
Se conoce que en las costumbres griegas se encontraba la práctica de sexo anal por parte de hombres maduros como una iniciación sexual a los más jóvenes, o recurriendo al uso de esclavos (duoulokoites).
En Romanos 1, 26-27, se habla específicamente de las relaciones carnales entre personas del mismo sexo:
"Sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres (arsenes), abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre (arsenes arsesin), recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío"
Aquí se habla de un contexto cultural donde ocurren placeres extremos, y no necesariamente desarrollados bajo violencia o esclavitud, sino más bien de libertinaje. Se practicaba el sexo anal con mujeres, para evitar la procreación, y también entre varones. San Pablo "parece que da por sentado que aquellos a quienes condena son heterosexuales y actúan contra la naturaleza, "dejando", "abandonando" o "cambiando" su orientación sexual natural por relaciones lujuriosas; no se trata de relaciones de amor" entre personas del mismo sexo.
Estas relaciones homosexuales son consideradas en el mismo rango que cualquier otro uso desordenado de la sexualidad genital, tales como la masturbación, la bestialidad, el onanismo, el fetichismo y otras conductas que alteran el uso y el significado de la sexualidad genital según el lenguaje del cuerpo en su significado complementario y conyugal.
Bíblicamente el acto carnal homosexual no se considera "desordenado" por el hecho de ser homosexual, sino porque es un uso alterno de la sexualidad genital respecto al plan divino, entendiendo el "uso ordenado" el contexto conyugal abierto a la vida.
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